Bochini, "El diablo" de galera y bastón

Si uno se pone a hablar con hinchas de Independiente y pregunta cual es la filosofia de juego que se pregona en el club va a ver que todos los caminos conducen a un solo jugador: "El Bocha". Ricardo Enrique Bochini es el símbolo máximo del conujnto de Avellaneda en donde jugó 638 partidos y pasó toda su vida en Independiente.
Empezó jugando en un club de su pueblo, Belgrano de Zarate desplegando categoría por las canchas. Su estilo de juego era de andar cansino, parecía que caminaba la cancha, pero su cerebro ejecutaba las ordenes a la perfección. Clavaba esos pases entre línea que rompía cualquier defensa ferrea y bien ordenada. Con el varios jugadores se cansaron de hacer goles, entre ellos Ruiz Moreno, Norberto Outes, Daniel Astegiano, Marcelo Reggiardo, Alfredo Alfaro Moreno o Antonio Alzamendi. El los dejaba mano mano con los arqueros e incluso, a veces los dejaba solo con el arco y tan solo debían empujarla. Poco amante del entrenamiento y de la preparación fisica, el no necesitaba ser un atleta del fútbol como se reclama hoy en día, su cerebro era algo magico. Por eso es la única gran referencia del fútbol en Avellaneda. Además la gente lo adoró y lo seguirá haciendo por el amor incondicional que tuvo con esa camiseta ya que se quedó jugando toda su vida, con la 10 en la espalda.

Su ingreso en el club fue allá por el año 1971 cuando Nito Veiga y Ernesto Díaz lo incorporaron para jugar en la septima división del club, allí conoció a su primer socio, el goleador Ruiz Moreno. Debutó en la primera división del rojo en el año 1972 en cancha de River con tan solo 18 años cuando el técnico pedro Dellacha lo hizo entrar a los 74 minutos. A partir de allí empezó el camino de "El Bocha" en el equipo de sus amores en donde coronaría las 20 temporadas en las que estuvo en Independiente desde 1972 hasta 1991 con la obtención de 13 títulos y es el jugador que ostenta el record de trofeos ganados en la institución. Fueron 4 los campeonatos locales, 4 Libertadores, las del año 1973, 1974, 1975 y 1984. También obtuvo 2 Copas Intercontinentales del año 1973 y 1984 y 3 Interamericanas del 1973, 1974 y 1976.

Si bien el Bocha (apodo cariñoso que le dieron los hinchas de Independiente) no era un goleador nato re recuerdan algunos de ellos que eran un lujo para la vista y siempre en partidos importantes. Son recordados sus goles a Peñarol en la Copa Libertadores de 1976 (un gol que reeditaría Maradona en México 1986 contra Inglaterra), dos a Fillol de River Plate en la final del Nacional 1978 o a Wirtz de emboquillada en un clásico contra Racing Club. Quizás el gol más querido por los seguidores de Independiente que haya hecho Bochini haya sido el del empate definitivo a 2 contra Talleres como visitante, en la final del Nacional 1977. En ese partido, a su club le expulsaron 3 jugadores y él debió empatar a puro coraje a escasos minutos del fin del partido.

A pesar de todo esto, no tuvo suerte en la selección nacional. Participó con éxito en la primera selección que organizó César Luis Menotti previa al Copa del Mundo 1978, actuando en una gira por la URSS y Polonia en partidos memorables bajo una intensa nevada. Luego de varias lesiones, volvió a ser convocado en una serie de amistosos que se hicieron en el estadio de Boca Juniors. Si bien se dice que Menotti pensaba convocarlo para el equipo del mundial, la prensa presionó para que el convocado fuera Norberto Alonso y así el Bocha quedó afuera de aquel magnífico equipo. Paradójicamente, Alonso quedó lesionado y poco tuvo que ver con la concreción de la primera Copa ganada por Argentina. En 1982, tampoco fue convocado a pesar de estar en su mejor momento. Finalmente y por pedido expreso de Diego Maradona (ya que Bochini era su ídolo), el Bocha fue convocado por Carlos Salvador Bilardo para el mundial de 1986 e incluso pudo jugar unos pocos minutos (el mismísimo Maradona le dijo al Bocha al ingresar éste al campo de juego la famosa frase "¡Dibuje Maestro!" y combinaron algunas paredes que desordenaron la defensa rival), ingresando por Jorge Burruchaga cuando faltaban pocos minutos para terminar el partido contra Bélgica.

Su retiro se produjo el 5 de mayo de 1991, luego de sufrir una seria lesión provocada por una falta de Pablo Erbín en el partido Independiente 1 - Estudiantes de La Plata 1.

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