DAVID BECKHAM
Es uno de los deportistas más reconocidos del mundo. Años de éxitos con el Manchester United, junto con el estilo de vida prominente que le acarrearon, le proporcionaron una gran fama y riqueza ya antes de haberse incorporado al proyecto de los galácticos del Real Madrid en 2003. A pesar de todo, David Beckham es más que nada un abnegado profesional, que se enorgullece inmensamente de ser el capitán de la selección inglesa. Su talento con el balón quedó patente en su infancia: de niño ganó un torneo nacional de habilidad de las Escuelas de Fútbol Bobby Charlton, y no tardó en fichar por el club de sus amores, el Manchester United. Beckham formó parte del extraordinario equipo de la cantera del Manchester que ganó la Copa Juvenil de la FA en 1992, en el que figuraban otros futuros internacionales ingleses como Nicky Butt, Gary Neville y Paul Scholes. Si bien su consolidación en el primer equipo de Old Trafford no se produjo hasta la temporada 1995/96, cuando tenía 20 años, la espera valió la pena. Aquella campaña terminó con la conquista del título de la Premiership y la Copa de la FA, y Beckham comenzó la temporada siguiente marcando un memorable gol desde el círculo central contra el Wimbledon. Fue elegido mejor futbolista joven inglés de un año en el que también se estrenó con la camiseta de su país, frente a Moldavia, en un encuentro de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA. Beckham tuvo que esperar hasta la fase final de Francia 1998 para marcar su primer tanto con la selección. Como no podía ser de otro modo, fue uno de sus característicos lanzamientos de falta, en un 2-0 sobre Colombia. Es posible que en el último decenio nadie en el planeta haya ejecutado mejor las faltas que el inglés, reputado asimismo por la perfección de sus centros desde la banda derecha. Por desgracia para él, la Copa Mundial de la FIFA 1998 terminó con consternación, ya que fue expulsado por darle una patada a Diego Simeone en el duelo de la segunda ronda contra Argentina, que los ingleses perdieron. Aquel gesto lo convirtió en chivo expiatorio de la derrota, aunque se ganaría a los críticos en posteriores partidos con Inglaterra. Después de contribuir al triplete de Premiership, Copa de la FA y Liga de Campeones de la UEFA del Manchester United en 1999, Beckham obtuvo un reconocimiento personal en forma de sendos segundos puestos en los premios al Jugador Mundial de la FIFA y al mejor futbolista europeo del año. La temporada siguiente se puso por primera vez el brazalete de capitán de la selección inglesa, con motivo de un amistoso en Italia, y enseguida demostró ser merecedor de ese cargo. Disfrutó de la responsabilidad añadida, y refrendó la clasificación de los suyos para la Copa Mundial de la FIFA 2002 al anotar con un espectacular tiro libre en los instantes finales de su último encuentro de la competición preliminar, ante Grecia. Su excelente estado de forma en 2001 le valió el segundo puesto en la votación para elegir al Jugador Mundial de la FIFA de ese año. Una lesión en el pie le obligó a afrontar una carrera contrarreloj para poder estar en Corea y Japón. Finalmente acabó participando en todos los partidos de Inglaterra en su trayectoria hasta cuartos de final en Extremo Oriente, y tuvo la satisfacción de transformar el penal que supuso el 1-0 sobre su antiguo adversario, Argentina. Tras ganar su sexto título de la Premiership en 2003, Beckham dijo adiós al fútbol inglés, y se marchó al Real Madrid en busca de nuevos retos, pese a lo cual sigue siendo uno de los fijos de la selección. Marcó goles de gran calidad contra Gales y Azerbaiyán en la competición preliminar para Alemania 2006, y cumplió 50 partidos como capitán en el amistoso frente a Argentina del pasado mes de noviembre. Beckham tendrá 31 años cuando empiece la Copa Mundial de la FIFA, y superará el listón de los 90 encuentros internacionales durante el torneo. Sin embargo, lo que realmente ansía es culminarla emulando a otro londinense, Bobby Moore, y alzar el trofeo supremo del fútbol mundial.
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